La Retícula viaria es una Retícula sociológica.
Nunca ha existido esta retícula. Nunca ha sido construida.
Solo puede considerarse cercana la retícula de Cerdá para Barcelona. Incluso provocando modificaciones absolutamente destructivas de la idea original, la base de su teoría ha triunfado.
Cerdá es un antes y un después. Cerdá es un ser humano que intenta afirmarse en su época con generosidad y urgencia, captando las sus dos esencias: mobilidad y comunicación.
Cerdá es un gigante cercano a los problemas de sus sociedad, y definitivamente esta es con mucho la mayor aportación de su vida: el enfoque sociológico de ciudad.
La arquitectura del Beaux Arts, la composición redimirá el mundo, es totalmente incompetente para abordar los cambios que se están produciendo, porque está encerrado en su disciplina, rigidamente entendida.
Los ingenieros, es cierto, lideran ahora. Pero el debate de Cerdá rebasa sus origenes para convertirse en un pensador social, concibiendo la ciudad de nuevo porque la sociedad estaba siendo nuevamente concebida. Y su rumbo llevaba mal camino.
Los estudios sobre la clase obrera de Barcelona, su espanto al observar los problemas que la industrialización había presentado, no le convierten en utópico sino en visionario ¿es hoy día reconocido como la gran figura que fue, o por lo seguimos considerando un trasnochado tratado decimononico?
Para nada. No acepto que se desprecie su legado, y la historia de los últimos 150 años bien podría haber sido otra. Pero este no es el núcleo del tema.
VIGENCIA. Esa es la palabra. El desprecio de los arquitectos por la evidente simplicidad compositiva de la retícula es el problema, aún hoy. Hoy es inaceptable considerarla solo desde el punto de vista del diseño.
La Sociología Urbana ha venido a reclamar el objeto central del diseño de las ciudades: el conjunto de las personas. Y esta disciplina, por ejemplo en España, está muy lejos de los tableros de dibujo. Nos faltan datos, es la conclusión. El Arquitecto es un profesional multidisciplinar. ¿porqué huye de un análisis previo del entorno donde va a construir, "todo" el entorno? La respuesta es que el Diseño sigue ocupando demasiado espacio en nuestra conciencia.
Ese mal de la Arquitectura como disciplina se revela en el papel actual de la retícula como herramienta urbana. Ninguno de los preceptos sociales y tecnológicos que dieron lugar a su concepción ha variado en gran medida. Por tanto, reivindico que existe tal cosa, la Retícula Sociológica, y la reclamo como un instrumento de crecimiento de la ciudad en plena vigencia y sin explotar en la actualidad.
¿que ciudad contiene una Retícula Sociológica? No la hay. Solamente podemos partir del exitoso experimento, muy real, del Ensanche de Barcelona, que solamente hoy día intenta remendar errores del pasado, pero errores perfectamente comprensibles, y que todo plan debe tener en cuenta. Los Arquitectos no pueden dictar el camino de la vida, unívoco, sino que las personas y las organizaciones siempre pueden y deben interactuar, equivocadas o no, en una riqueza participativa que a los arquitectos, por lo general, nos molesta. Autor, autor.
Nunca ha existido esta retícula. Nunca ha sido construida.
Solo puede considerarse cercana la retícula de Cerdá para Barcelona. Incluso provocando modificaciones absolutamente destructivas de la idea original, la base de su teoría ha triunfado.
Cerdá es un antes y un después. Cerdá es un ser humano que intenta afirmarse en su época con generosidad y urgencia, captando las sus dos esencias: mobilidad y comunicación.
Cerdá es un gigante cercano a los problemas de sus sociedad, y definitivamente esta es con mucho la mayor aportación de su vida: el enfoque sociológico de ciudad.
La arquitectura del Beaux Arts, la composición redimirá el mundo, es totalmente incompetente para abordar los cambios que se están produciendo, porque está encerrado en su disciplina, rigidamente entendida.
Los ingenieros, es cierto, lideran ahora. Pero el debate de Cerdá rebasa sus origenes para convertirse en un pensador social, concibiendo la ciudad de nuevo porque la sociedad estaba siendo nuevamente concebida. Y su rumbo llevaba mal camino.
Los estudios sobre la clase obrera de Barcelona, su espanto al observar los problemas que la industrialización había presentado, no le convierten en utópico sino en visionario ¿es hoy día reconocido como la gran figura que fue, o por lo seguimos considerando un trasnochado tratado decimononico?
Para nada. No acepto que se desprecie su legado, y la historia de los últimos 150 años bien podría haber sido otra. Pero este no es el núcleo del tema.
VIGENCIA. Esa es la palabra. El desprecio de los arquitectos por la evidente simplicidad compositiva de la retícula es el problema, aún hoy. Hoy es inaceptable considerarla solo desde el punto de vista del diseño.
La Sociología Urbana ha venido a reclamar el objeto central del diseño de las ciudades: el conjunto de las personas. Y esta disciplina, por ejemplo en España, está muy lejos de los tableros de dibujo. Nos faltan datos, es la conclusión. El Arquitecto es un profesional multidisciplinar. ¿porqué huye de un análisis previo del entorno donde va a construir, "todo" el entorno? La respuesta es que el Diseño sigue ocupando demasiado espacio en nuestra conciencia.
Ese mal de la Arquitectura como disciplina se revela en el papel actual de la retícula como herramienta urbana. Ninguno de los preceptos sociales y tecnológicos que dieron lugar a su concepción ha variado en gran medida. Por tanto, reivindico que existe tal cosa, la Retícula Sociológica, y la reclamo como un instrumento de crecimiento de la ciudad en plena vigencia y sin explotar en la actualidad.
¿que ciudad contiene una Retícula Sociológica? No la hay. Solamente podemos partir del exitoso experimento, muy real, del Ensanche de Barcelona, que solamente hoy día intenta remendar errores del pasado, pero errores perfectamente comprensibles, y que todo plan debe tener en cuenta. Los Arquitectos no pueden dictar el camino de la vida, unívoco, sino que las personas y las organizaciones siempre pueden y deben interactuar, equivocadas o no, en una riqueza participativa que a los arquitectos, por lo general, nos molesta. Autor, autor.