La industrialización provoca en un momento de la historia una convulsión completa, definitiva. Una Revolución, claramente.
Podemos hablar que se combina la Revolución Industrial y la Revolución Francesa, una más tecnológica y otra más sociológica. Sin embargo, a la vista de lo ocurrido, no esta clara esta diferenciación.
La industria provoca enormes migraciones y cambios profundos en la organización social. A lo largo de los cuatro ciclos de industrialización que son reconocidos, la industrialización textil, la introducción de la máquina de vapor y el ferrocarril, la introducción de la electricidad y la ingeniería pesada, y por último la producción en serie de tipo Fordista. Pues bien, y ejemplificando en esta última, la capacidad de influir socialmente era un postulado básico de esta evolución del sistema económico capitalista.
La industria, a través de la importancia que fue tomando con el tiempo la economía en detrimento de la religión, es más influyente en la construcción de la nueva sociedad que las ideas. De hecho, hoy día, reconocemos la muerte de las ideologías, sin sentido en un mundo que alcanza cotas de bienestar elevadas, donde ha acabado definitivamente el debate sobre la lucha de clases.
Es esencial considerar la ciudad desde la óptica de algunos pensadores de la sociología, que perciben esta mezcla compleja en la que los factores económicos juegan un papel esencial, pero no exclusivo. Castells habla de las características arquitectónicas y disposiciones espaciales, elementos símbolicos y campos de fuerza social, en una ciudad del consumo en constante transformación, fruto de la expansión del capitalismo.
Las dimensiones política, cultural y morfologica o ecológica de la ciudad articulan igualmente la construcción de esta ciudad, en una interacción que provoca mutaciones en el escenario, pero sobre todo en los actores, constantes. Y ese equilibrio es el que parece necesario proponer desde la arquitectura.
Efectivamente, la política es una dimensión importante en la construcción de la ciudad, a través de la intervención tanto del poder económico y del estado, como de los grupos marginales a través de los conflictos que provocan y demuestran la existencia de una problematica latente. Pero en un segundo
Podemos hablar que se combina la Revolución Industrial y la Revolución Francesa, una más tecnológica y otra más sociológica. Sin embargo, a la vista de lo ocurrido, no esta clara esta diferenciación.
La industria provoca enormes migraciones y cambios profundos en la organización social. A lo largo de los cuatro ciclos de industrialización que son reconocidos, la industrialización textil, la introducción de la máquina de vapor y el ferrocarril, la introducción de la electricidad y la ingeniería pesada, y por último la producción en serie de tipo Fordista. Pues bien, y ejemplificando en esta última, la capacidad de influir socialmente era un postulado básico de esta evolución del sistema económico capitalista.
La industria, a través de la importancia que fue tomando con el tiempo la economía en detrimento de la religión, es más influyente en la construcción de la nueva sociedad que las ideas. De hecho, hoy día, reconocemos la muerte de las ideologías, sin sentido en un mundo que alcanza cotas de bienestar elevadas, donde ha acabado definitivamente el debate sobre la lucha de clases.
Es esencial considerar la ciudad desde la óptica de algunos pensadores de la sociología, que perciben esta mezcla compleja en la que los factores económicos juegan un papel esencial, pero no exclusivo. Castells habla de las características arquitectónicas y disposiciones espaciales, elementos símbolicos y campos de fuerza social, en una ciudad del consumo en constante transformación, fruto de la expansión del capitalismo.
Las dimensiones política, cultural y morfologica o ecológica de la ciudad articulan igualmente la construcción de esta ciudad, en una interacción que provoca mutaciones en el escenario, pero sobre todo en los actores, constantes. Y ese equilibrio es el que parece necesario proponer desde la arquitectura.
Efectivamente, la política es una dimensión importante en la construcción de la ciudad, a través de la intervención tanto del poder económico y del estado, como de los grupos marginales a través de los conflictos que provocan y demuestran la existencia de una problematica latente. Pero en un segundo