Las Caxinas va a cambiar. Inevitablemente. No tenemos ninguna duda. Los pescadores permanecen, pero ya vienen detrás aquellos que los sucederán. Y no van, con seguridad, a tener como principal actividad la pesca.
En el macrocuadro urbano, la recualificación de la marginal de las Caxinas va a implementar equipamientos hoteleros, que gracias a la inserción de centros comerciales y, sobre todo, del Centro de Congresos, proveerá de una dinámica turística a lo largo de todo el año.
La demanda de vivienda en las Caxinas aumentará al producir más viviendas multifamiliares, para esas nuevas familias más jovenes y las personas que aquí vengan a trabajar, ocupando los espacios vacantes de los vacíos industriales.
Como consecuencia, debido a la importancia del mar como foco de atracción, la retícula de las Caxinas va a sufrir un gran deficit de espacio público, que se obtendrá por tres vías: espacios públicos en los proyectos de recualificación de la marginal, peatonalización de vías emblemáticas, y por último, espacios públicos en el interior de las manzanas.
Inevitablemente, peatonalizar obliga a construir estacionamiento público, bien bajo las propias vías, bien dentro de las manzanas. En todo caso, nada obliga a abrir el interior al uso público, incluso si lo convertimos en estacionamiento subterráneo, como ya hemos visto.
La única razón que "obliga a abrir", es precisamente la misma carácterística diferencial de las Caxinas: la casitas en el logradouro. La utilidad balnear explica su florecimiento, nunca visto en otras tramas urbanas. Existen porque existe el mar, y su función no puede ser extirpada así como así, como si fuera un simple cobertizo. Y ni que decir tiene que pueden ser vivienda provisional para un matrimonio joven que aún no tiene casa propia.
El espacio público de las Caxinas debe respetar minimamente los índices urbanísticos de espacios verdes, y el único modo es abriendo el logradouro. Además, la existencia de espacios públicos de jardín permite una accesibilidad independiente, con lo cuál se plantea si serían alquiladas las viviendas del frente, o estas viviendas suficientes para cubrir un programa provisional y/o estival.
Finalmente, de modo natural, se producirá una cierta densificación de los interiores de manzana más amplios, en la misma línea de la subdivisión producida en el resto de las manzanas de la retícula. Pero esta vez no van a producir corredores, en el mejor caso calles peatonales con algún arbolado. Los nuevos espacios tendrán vocación de atraer y provocar la estancia y el contacto de las personas, cohesionar la comunidad a través de nueva diversidad de espacios de relación y reunión, como ya se ha provado con éxito en otras ciudades con múltiples y variadas ofertas para el consumo colectivo.
En el macrocuadro urbano, la recualificación de la marginal de las Caxinas va a implementar equipamientos hoteleros, que gracias a la inserción de centros comerciales y, sobre todo, del Centro de Congresos, proveerá de una dinámica turística a lo largo de todo el año.
La demanda de vivienda en las Caxinas aumentará al producir más viviendas multifamiliares, para esas nuevas familias más jovenes y las personas que aquí vengan a trabajar, ocupando los espacios vacantes de los vacíos industriales.
Como consecuencia, debido a la importancia del mar como foco de atracción, la retícula de las Caxinas va a sufrir un gran deficit de espacio público, que se obtendrá por tres vías: espacios públicos en los proyectos de recualificación de la marginal, peatonalización de vías emblemáticas, y por último, espacios públicos en el interior de las manzanas.
Inevitablemente, peatonalizar obliga a construir estacionamiento público, bien bajo las propias vías, bien dentro de las manzanas. En todo caso, nada obliga a abrir el interior al uso público, incluso si lo convertimos en estacionamiento subterráneo, como ya hemos visto.
La única razón que "obliga a abrir", es precisamente la misma carácterística diferencial de las Caxinas: la casitas en el logradouro. La utilidad balnear explica su florecimiento, nunca visto en otras tramas urbanas. Existen porque existe el mar, y su función no puede ser extirpada así como así, como si fuera un simple cobertizo. Y ni que decir tiene que pueden ser vivienda provisional para un matrimonio joven que aún no tiene casa propia.
El espacio público de las Caxinas debe respetar minimamente los índices urbanísticos de espacios verdes, y el único modo es abriendo el logradouro. Además, la existencia de espacios públicos de jardín permite una accesibilidad independiente, con lo cuál se plantea si serían alquiladas las viviendas del frente, o estas viviendas suficientes para cubrir un programa provisional y/o estival.
Finalmente, de modo natural, se producirá una cierta densificación de los interiores de manzana más amplios, en la misma línea de la subdivisión producida en el resto de las manzanas de la retícula. Pero esta vez no van a producir corredores, en el mejor caso calles peatonales con algún arbolado. Los nuevos espacios tendrán vocación de atraer y provocar la estancia y el contacto de las personas, cohesionar la comunidad a través de nueva diversidad de espacios de relación y reunión, como ya se ha provado con éxito en otras ciudades con múltiples y variadas ofertas para el consumo colectivo.