referencia al agua y a la pesca



(Dios Mío, ¿es esto las Caxinas?)
(el cangrejo, como símbolo de metamorfosis)
2.6. Plaza de la colonia
Se encuntra encima del Templo y se conoce desde un principio como plaza del Teatro Griego, limitada en el extremo inferior por el gran banco ondulante y al lado de arriba, por el paseo de las palmeras, auténticas las de fuera, artificiales las de dentro, que tienen encima unas pequeñas balaustradas rústicas que presentan un cierto parecido con el banco ondulante, el cual con sus giros, forma palcos para pequeños grupos de personas.
Bancos de la plaza
2.6.1. El dorso de los bancos
El banco es una obra admirable de ingeniería porque queda casi suspendido en el aire. Antes de acceder a la plaza por la escalinata ya tenemos el banco a la altura de los ojos, por su parte posterior, decorado con palmas de cinco brazos, como las acróteras que coronan un templo clásico. Con este recurso, acróteras y banco son la misma cosa. De todos modos, las acróteras del sector central del banco, muestran la transformación de las palmas que, en diseños sucesivos se descomponen hasta formar una especie de araña y, a la inversa, se van componiendo las palmas. Estos cambios corresponderían a la metamorfosis del cangrejo. Este alude al signo del zodíaco de Cáncer que corresponde al Sol. Contradictoriamente el sol avanza hacia delante mientras que el cangrejo lo hace hacia atrás, juntos se encuentran en el centro del banco, el sol en su cúspide y el cangrejo en el punto máximo de descomposición.
Bancos de la plaza.
Alusión a la metamorfosis
del cangrejo
Alrededor de la metamorfosis del cangrejo encontramos otros signos. A un lado, los cuernos retorcidos de Capricornio, el arco de Sagitario, y la flecha de colores adyacente, y los cuernos de Aries. Al otro lado, los peces enfrentados de Piscis, y en el interior del banco, los signos de Libra y Virgo, porqué seguramente estaban representados los doce signos del zodíaco.
En los extremos exteriores hay unos dibujos más libres y sueltos, llenos de fantasía.
Para hacer el banco, Gaudí estudió con un joven obrero sentado, la forma más cómoda para los usuarios. Jujol, por su parte, pintaba y preparaba las piezas de cerámica para su cocción definitiva. Al mismo tiempo, si hicieron unos módulos o segmentos de banco de un metro y medio de largo, que fueron uniendo, con las adaptaciones pertinentes a las curvas, porqué no todas son iguales. Sobre estos módulos se engancharon las piezas de cerámica, picándolas con una maza a fin de que, al romperse, se adaptaran mejor a su forma. De nuevo la concepción, la estructura, de los materiales, contenidos e ideas, son de Gaudí con la colaboración de algunos artesanos mientras que Jujol trabajó a fondo los juegos de colores, las formas y las combinaciones de unos con otras.
Bancos de la plaza

El banco ondulante como el mar, quizá tenía para Gaudí y Jujol, una relación estrecha con recuerdos de pesca en el mar del Campo de Tarragona. Carles Barral, cuando habla de Cambrils en su libro Catalunya des del mar, escribió: “Era costumbre, antes, tirar como anzuelo para los peces, trozos de vajilla blanca, fragmentos de platos rotos que se guardaban para este servicio en lugar de tirarlos a la basura. Los atunes pequeños, excitados por el destello de la cerámica, se ponían a saltar cerca de la superficie dando la impresión que el agua hirviera”.
Página web de procedencia: http://www.liceus.com/cgi-bin/tcua/0701.asp


(Dios Mío, ¿es esto las Caxinas?)
(el cangrejo, como símbolo de metamorfosis)
2.6. Plaza de la colonia
Se encuntra encima del Templo y se conoce desde un principio como plaza del Teatro Griego, limitada en el extremo inferior por el gran banco ondulante y al lado de arriba, por el paseo de las palmeras, auténticas las de fuera, artificiales las de dentro, que tienen encima unas pequeñas balaustradas rústicas que presentan un cierto parecido con el banco ondulante, el cual con sus giros, forma palcos para pequeños grupos de personas.
Bancos de la plaza
2.6.1. El dorso de los bancos
El banco es una obra admirable de ingeniería porque queda casi suspendido en el aire. Antes de acceder a la plaza por la escalinata ya tenemos el banco a la altura de los ojos, por su parte posterior, decorado con palmas de cinco brazos, como las acróteras que coronan un templo clásico. Con este recurso, acróteras y banco son la misma cosa. De todos modos, las acróteras del sector central del banco, muestran la transformación de las palmas que, en diseños sucesivos se descomponen hasta formar una especie de araña y, a la inversa, se van componiendo las palmas. Estos cambios corresponderían a la metamorfosis del cangrejo. Este alude al signo del zodíaco de Cáncer que corresponde al Sol. Contradictoriamente el sol avanza hacia delante mientras que el cangrejo lo hace hacia atrás, juntos se encuentran en el centro del banco, el sol en su cúspide y el cangrejo en el punto máximo de descomposición.
Bancos de la plaza.
Alusión a la metamorfosis
del cangrejo
Alrededor de la metamorfosis del cangrejo encontramos otros signos. A un lado, los cuernos retorcidos de Capricornio, el arco de Sagitario, y la flecha de colores adyacente, y los cuernos de Aries. Al otro lado, los peces enfrentados de Piscis, y en el interior del banco, los signos de Libra y Virgo, porqué seguramente estaban representados los doce signos del zodíaco.
En los extremos exteriores hay unos dibujos más libres y sueltos, llenos de fantasía.
Para hacer el banco, Gaudí estudió con un joven obrero sentado, la forma más cómoda para los usuarios. Jujol, por su parte, pintaba y preparaba las piezas de cerámica para su cocción definitiva. Al mismo tiempo, si hicieron unos módulos o segmentos de banco de un metro y medio de largo, que fueron uniendo, con las adaptaciones pertinentes a las curvas, porqué no todas son iguales. Sobre estos módulos se engancharon las piezas de cerámica, picándolas con una maza a fin de que, al romperse, se adaptaran mejor a su forma. De nuevo la concepción, la estructura, de los materiales, contenidos e ideas, son de Gaudí con la colaboración de algunos artesanos mientras que Jujol trabajó a fondo los juegos de colores, las formas y las combinaciones de unos con otras.
Bancos de la plaza

El banco ondulante como el mar, quizá tenía para Gaudí y Jujol, una relación estrecha con recuerdos de pesca en el mar del Campo de Tarragona. Carles Barral, cuando habla de Cambrils en su libro Catalunya des del mar, escribió: “Era costumbre, antes, tirar como anzuelo para los peces, trozos de vajilla blanca, fragmentos de platos rotos que se guardaban para este servicio en lugar de tirarlos a la basura. Los atunes pequeños, excitados por el destello de la cerámica, se ponían a saltar cerca de la superficie dando la impresión que el agua hirviera”.