Los problemas iniciales, sin embargo, continúan ahí. Falta de espacios públicos, incumplimiento de los índices de espacios públicos y verdes, excesiva presencia del automovil tanto en transito como estacionado, y por último alteración de la envolvente de las manzanas por vivienda multifamiliar que es otra amenaza para la supervivencia de la Comunidad en sentido sociológico.
Puede que actuar a través de los reglamentos municipales y crear espacios peatonales con estacionamiento subterráneo sea suficiente, además de crear espacios públicos y nuevas zonas verdes en la marginal de la Caxinas, sea suficiente. Por tanto, actuar fuera.
Pero nos olvidamos que trabajar en la marginal de las Caxinas es también actuar en el interior de los Logradouros, destruidos por acciones anteriores. Porque ya se ha operado ese cambio sociológico que todos esperaban. ¿De quién es hoy las Caxinas? De los mayores, que ya no pescan, que ya no dejan sus barcas varadas en la orilla, o de las futuras generaciones, que desean un entorno donde vivir preservando los valores familiares y comunitarios, ejemplo que deberíamos poder generalizar a otras partes del tejido urbano, a las otras ciudades.
La verdad, la marginal ya no pertenece a los Caxineiros. Ni tan siquiera el logradouro es lo que era. Pero cuidado, tampoco podemos actuar como si esta comunidad nunca hubiera existido. Entonces, el máximo respeto por las personas. Pero ellas mismas son el reflejo de una comunidad en constante movimiento y que se adapta a los nuevos tiempos de un modo muy propio, muy simple, muy básico, muy humano.
Los viejos y los niños importan. Tanto unos como los otros merecen deben ocupar este mismo espacio, porque es la familia un concepto amplio que acoge a todas las generaciones. Por eso, cuidado al actuar, pero adelante con los cambios. La filosofía es comprender, preservar y actuar, porque el futuro de los niños caxineiros también será una acogedora vida en comunidad, de la que otros carecen.
Actuar, porque el caxineiro no es diferente, sino que ve las cosas de modo diferente. La cohesión social dentro de la ciudad debe ser un objetivo, que ambos se acepten y compartan sus vivencias. Si no, estaremos contribuyendo a crear un museo de las caxinas, como conservado en formol, perfectamente anacrónico, realmente muerto.
Las Caxinas no pueden morir porque son muy fuertes los lazos de la Comunidad. Pues usemos esos mismos lazos para continuar uniendolos con el global más local, y con el global de nuestros tiempos. Yo envidio ese mundo que les pertenece, y ellos también nos quieren como parte de su mundo.
Hagamos que una nueva dinámica conserve las Caxinas.
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