Viendo las fotografías del pasado, tanto da si son de Poboa, Poça da barca o de las Caxinas, las calles son la sala común de la comunidad. El automobil ha venido a destruir en parte esa relación. Las calles que eran planas se dividen en dos niveles, separando las dos orillas, fragmentando en cierto modo la comunidad.
Ya lo describimos en su momento. Y no solo ambos niveles de paseo y viario. El automobil ha EXPULSADO a las personas de la calle. Es ruidoso, es desagradable mantener la puerta de la casa abierta al paso de esta contaminación ambiental.
Claro, los tiempos cambiaron. ¿en que quedamos? Hablamos de conservar, y permitimos que continúe la degeneración original de la trama. Un simple paseo más amplio, imponer el trafico solo en una dirección, disminuir el tránsito a través de la Caxinas como paso entre marginal y nacional para minimizar el absoluto dominio que el automobil tiene de toda la trama. Jerarquizar, o radicalmente impedir el paso de vehículos peatonalizando completamente.
En todo esto, el paso es casi lo de menos. Que hacer con los automobiles, donde estacionarlos fuera de la calle, es un problema muy serio. Para empezar, las viviendas con garage en las Caxinas son un porcentaje infimo, agrabado porque en caso de tenerlo, no se lleva a una planta de sotano y agraba el alejamiento paulatino de las personas de la cota de la calle. Hay zonas de las Caxinas, reconozcamoslo, que están destruyendolas, creando no lugares.
El Estacionamiento debe ser una absoluta prioridad. Y no puede ser conseguido modificando las tipologías existentes. La vivienda debe estar pegada a la cota de calle, tanto en la fachada como en el logradouro, si queremos que este siga contribuyendo a la conservación y al fortalecimiento de los lazos de la comunidad.
Cuidado con afirmar que muchos Caxineiros ni tienen coche. Normalmente, los abuelos y abuelas son quienes compran este vehículo a sus nietos, para que estos les lleven al centro de salud, a los hospitales, a las compras y tengan oportunidad de salir a estudiar y trabajar fuera de las caxinas.
Por tanto, el Estacionamiento necesariamente próximo a la vivienda tiene dos ubicaciones posibles, ambas por supuesto subterraneas. Una, a lo largo de las propias vías bajo su cota, más sencilla de llevar a cabo ya que está en dominio público. Dos, dentro del interior de las manzanas.
La primera es óptima, con una salvedad. El ancho de la vía de las Caxinas no permite un ancho superior a 9 metros, practicamente el ancho de una vía de doble dirección y estacionamiento de vehículos en batería. La ocupación de calle debería ser entonces máxima, y el beneficio obtenido en función de la inversión queda muy minorado. Además, el ideal del estacionamiento distribuido no es tal si pensamos que la escasez de plazas en un lugar concreto obliga a grandes desplazamientos a lo largo del eje.
La segunda solución, por el contrario, es terriblemente fatigosa de conseguir, teniendo que luchar por la cesión de terrenos de cada vecino, haciendo inviable cualquier operación que no sea conjunta y regular. Sin embargo, tiene dos grandes ventajas: primera, es posible conservar el logradouro ya que las alineaciones de las parcelas pueden permanecer tras la operación, y segunda, la amplitud del interior de manzana permite resolver el estacionamiento en un amplio entorno alrededor de la manzana, multiplicando dramaticamente el número de plazas y la optimización de las circulaciones. Especialmente, en el caso de las retículas urbanas, aprovechar la forma regular del interior de manzana.
Una tercera ventaja, esta más ligada a la tipología de vivienda, es la accesibilidad del estacionamiento a los espacios de sotano de las viviendas. Es decir, a través del acceso común, igualmente se podrá disponer de acceso privado al futuro sotano de las viviendas unifamiliares que se recuperen o construyan de nuevo. La consecuencia directa es que la vivienda continúa desarrollandose en planta baja, ligada a la calle, abierta al contacto con las personas.
El logradouro se respeta. La propiedad continúa en manos del propietario original. Por tanto, la actuación no tendría mayores consecuencias, si no fuera por la viviendas del logradouro, que por más que sean ilegales, están revestidas de toda la legitimidad del paso del tiempo y la función que albergan, y se deben respetar. Diríamos más, potenciar.
Ya lo describimos en su momento. Y no solo ambos niveles de paseo y viario. El automobil ha EXPULSADO a las personas de la calle. Es ruidoso, es desagradable mantener la puerta de la casa abierta al paso de esta contaminación ambiental.
Claro, los tiempos cambiaron. ¿en que quedamos? Hablamos de conservar, y permitimos que continúe la degeneración original de la trama. Un simple paseo más amplio, imponer el trafico solo en una dirección, disminuir el tránsito a través de la Caxinas como paso entre marginal y nacional para minimizar el absoluto dominio que el automobil tiene de toda la trama. Jerarquizar, o radicalmente impedir el paso de vehículos peatonalizando completamente.
En todo esto, el paso es casi lo de menos. Que hacer con los automobiles, donde estacionarlos fuera de la calle, es un problema muy serio. Para empezar, las viviendas con garage en las Caxinas son un porcentaje infimo, agrabado porque en caso de tenerlo, no se lleva a una planta de sotano y agraba el alejamiento paulatino de las personas de la cota de la calle. Hay zonas de las Caxinas, reconozcamoslo, que están destruyendolas, creando no lugares.
El Estacionamiento debe ser una absoluta prioridad. Y no puede ser conseguido modificando las tipologías existentes. La vivienda debe estar pegada a la cota de calle, tanto en la fachada como en el logradouro, si queremos que este siga contribuyendo a la conservación y al fortalecimiento de los lazos de la comunidad.
Cuidado con afirmar que muchos Caxineiros ni tienen coche. Normalmente, los abuelos y abuelas son quienes compran este vehículo a sus nietos, para que estos les lleven al centro de salud, a los hospitales, a las compras y tengan oportunidad de salir a estudiar y trabajar fuera de las caxinas.
Por tanto, el Estacionamiento necesariamente próximo a la vivienda tiene dos ubicaciones posibles, ambas por supuesto subterraneas. Una, a lo largo de las propias vías bajo su cota, más sencilla de llevar a cabo ya que está en dominio público. Dos, dentro del interior de las manzanas.
La primera es óptima, con una salvedad. El ancho de la vía de las Caxinas no permite un ancho superior a 9 metros, practicamente el ancho de una vía de doble dirección y estacionamiento de vehículos en batería. La ocupación de calle debería ser entonces máxima, y el beneficio obtenido en función de la inversión queda muy minorado. Además, el ideal del estacionamiento distribuido no es tal si pensamos que la escasez de plazas en un lugar concreto obliga a grandes desplazamientos a lo largo del eje.
La segunda solución, por el contrario, es terriblemente fatigosa de conseguir, teniendo que luchar por la cesión de terrenos de cada vecino, haciendo inviable cualquier operación que no sea conjunta y regular. Sin embargo, tiene dos grandes ventajas: primera, es posible conservar el logradouro ya que las alineaciones de las parcelas pueden permanecer tras la operación, y segunda, la amplitud del interior de manzana permite resolver el estacionamiento en un amplio entorno alrededor de la manzana, multiplicando dramaticamente el número de plazas y la optimización de las circulaciones. Especialmente, en el caso de las retículas urbanas, aprovechar la forma regular del interior de manzana.
Una tercera ventaja, esta más ligada a la tipología de vivienda, es la accesibilidad del estacionamiento a los espacios de sotano de las viviendas. Es decir, a través del acceso común, igualmente se podrá disponer de acceso privado al futuro sotano de las viviendas unifamiliares que se recuperen o construyan de nuevo. La consecuencia directa es que la vivienda continúa desarrollandose en planta baja, ligada a la calle, abierta al contacto con las personas.
El logradouro se respeta. La propiedad continúa en manos del propietario original. Por tanto, la actuación no tendría mayores consecuencias, si no fuera por la viviendas del logradouro, que por más que sean ilegales, están revestidas de toda la legitimidad del paso del tiempo y la función que albergan, y se deben respetar. Diríamos más, potenciar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario