domingo, 20 de abril de 2008

Apropiación del espacio público, en libertad

Las personas, como hemos visto, aceptan o rechazan.
Los ciudadanos, respecto al espacio público, son soberanos. Los grandes centros comerciales perciben esto y finalmente no inventan nada: investigan, hacen estadísticas, en busca de los diseños de "Galerias" (Paulo Caputo, Trienal de Milán, 1998) a modo de mix con un objetivo claro: aumentar su "audiencia".
Sí. Claramente, no nos engañemos. Esto funciona igual que la Tele...La decisión de cambiar de canal es por veces, la mayoría, ligera y aleatoria. Es maravilloso ver la que se ha armado entre los intereses económicos por causa de la libertad de darle al botón ¿verdad? Oh, sano ejercicio de la esencia del espíritu humano.
El hombre viene y va, camina, entra y sale, se para, hace cosas, carga cosas, ...todo.
La libertad es la esencia del espacio público, para que este tenga potencial de apropiación. Porque lo otro, la falta de oferta, nos habla de que somos seres alienados, dirigidos, y que nuestras decisiones son sólo virtuales: nuestro camino estaría trazado.
Casualidad. Uno pasea por la ciudad por pura casualidad. Pasea buscando que se yo. Porque esa posibilidad de encontrar es la esencia del ser urbano, habido de oportunidades y de fortuna. De hecho, para la vida tranquila y previsible, para la supervivencia, solemos preferir lo natural, una tranquila vida pegado a la tierra.
¿Porque ibamos a aceptar un medio hostil? Porque es más ventajoso, evidente. Pero, no nos equivoquemos, si otro medio nos aporta más, abandonamos este. Y tengo la impresión de que en la balanza de lo bueno por conocer la decisión de irse pesa mucho, es decir, abandonar una ciudad es un torpedo en la línea de flotación de la supervivencia de la ciudad. Cuidado con esto, señores encargados de los destinos de todo.
Libertad, Casualidad. Futuro o no. Esa es la diferencia.
Las personas no son autómatas que se comportarán con pautas programadas. Por eso fracasan las grandes superficies en crear híbridos de plazas y lugares atractivos. Les falta "generosidad", les falta riesgo, les falta dejar que el público pueda decidir estar y no comprar... Dios mío, anatema...¿Como diablos se explica a un consejo de administración que construiremos un espacio para que las personas usen pero no compren? Pues porque van a comprar de todos modos. Riesgo.
Las personas deben percibir ese riesgo, esa oportunidad. Sentir que participan de la construcción del espacio público, aunque nunca hayan dicho nada ni participado en ninguna decisión. La ciudad fue creada así, con la intuición de lo que debe ser. Al menos, las que han quedado. (Ahí es donde acaba mi relación con los arquetipos de los espacios públicos históricos)

Bien. Demos a los seres urbanos lo que nos piden. Y después, comprobemos que ha funcionado. Las personas se apropian del espacio público bien, mal o regular, diganósticar y volver sobre el tema. Un proceso constante que, a veces y con fé, se concreta en la memoria de las personas.

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