El logradouro era, al menos se pretendía, el pedazo de tierra que daría alimentos y fuente de ingresos complementaria a las familias de los pescadores. Nunca lo consiguió.
Hoy día no existe ningun logradouro dedicado a tareas agricolas. Es más, la manzanas más modernas incorporan una dinámica nueva de subdivisión. De facto, a partir de entonces, podemos considerar que la actividad agrícola ha quedado totalmente descartada.
Actualmente en los logradouros, prolifera la superficie cementada, una mayor o menor densificación interior con almacenes que se reconvierten en viviendas alternativas en verano, pero también de auténticas viviendas en el interior de manzana. Y además, en un porcentaje no muy alto, un cierto contenido de vegetación más o menos azarosamente dispuesto.
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