martes, 19 de agosto de 2008

Como conseguir llevar a cabo el estacionamiento en el interior de Intervías

Como casi todo lo que se consigue en esta vida, se impone el dialogo y la negociación, sin abusos por parte de las instituciones públicas que puedan causar rechazo, ni un inmovilismo numántino por parte de los legítimos propietarios privados, a los que nadie les va a negar sus derechos.

Derecho y legalidad. Ahí es donde no se debe llegar jamás. Esta alternativa será posible si se comunica y es asumido por las personas...

Vamos a recordar dos factores importantes que no se nos pueden olvidar: La disponibilidad del subsuelo central del interior del intervías, y Segundo, la imposible legalidad de cualquier construcción actual en el logradouro.
El subsuelo central del interior de intervías está disponible. Aunque hoy no sea posible y quizá nunca lo fuera, la Cámara puede reservar ese espacio para la futura construcción del estacionamiento.
Los anexos actuales son, en muchos casos, construcciones de escaso valor que podrían ser demolidas y reconstruidas posteriormente. Lo interesante del caso es que, con la legislación en la mano, increíblemente, no podrían volver a reconstruirse. La normativa no permite crear dos viviendas que supondrían dos volumetrías en el mismo solar, y las normas de habitabilidad actuales no permiten autorizar condiciones similares a las existentes.
Estamos en una encrucijada interesante. Por un lado, los propietarios pueden negarse a
Mi postura es y debe ser neutra. Mi recomendación como profesional sería abandonar completamente la posibilidad de intervenir en el interior, no por problemas legales porque las condiciones sociales
Es un problema político, pero después es un problema social. Es una comunidad marginada, en todo caso con un trato de segunda, pero tiene un gran peso electoral. Primero, todo es posible si existe voluntad política, y los políticos deben percibir también las oportunidades, concretamente, para dar continuidad a sus mandatos. Probablemente, lo más visible para un político es protagonizar un momento de la historia de la ciudad, un antes y un despues claramente visible que perdure en la memoria. Las Caxinas podría darle esa oportunidad. Por supuesto, los arquiectos ni colocamos alcaldes ni hacemos política, pero siempre hemos sabido la importancia de convencer y comunicar a quién tiene las responsabilidades.
Pero no perdamos de vista a quién vamos a servir en realidad: a los Caxineiros. ¿Son ellos personas justas y cabales? No tenemos la más mínima duda, aunque todos somos seres humanos.
Finalmente, el pronóstico que hago es el siguiente: si hoy no hay un clima social propicio, mañana este será posible, porque en estas condiciones la situación no puede mejorar.
La Cámara municipal y los Caxineiros, ambos, deben tirar del carro de su propio interés, ser conscientes de lo que está pasando. Nuestra misión es hacerles ver, comunicar bien, nuestra visión para su pedazo de ciudad, para que sus vivencias se conserven al tiempo que los incorporamos a la globalidad.

A nuestra propuesta solo le compete formular estrategias para la recualificación para los habitantes de las Caxinas. El éxito o el fracaso de estas iniciativas está en el diálogo, en la comunicación y en la participación.
Muchos planes pueden ser propuestos, pero el que se realice, en todo caso, debe ser consensuado, modificado, alterado y vuelto a alterar por los destinatarios, hasta que se llegue a aquel que les conviene. De ahí la necesidad de las Oficinas de rehabilitación urbana, que están próximas a las personas, les escuchan y saben lo que necesitan o buscan como superar los problemas que les plantean. Esa, para mi, es la clave del éxito.

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