El automovil puede estar parado o en movimiento. Tras esa evidencia, profundizemos en ambos conceptos.
Primero, la mobilidad, su estado genuino, que se desarrolla integramente en las vías. Unas vías especialmente construidas, con signos especialmente concebidos para ello que antes con los transportes de tracción animal no eran necesarios, pero que la mayor velocidad y las multiples individualidades que conviven en estos recorridos han obligado a disponer.
Lo más perfecto, entre un punto de origen y de destino, es conseguir la constinuidad del movimiento. Por desgracia, cuanto más se aproxima el automobil a las personas, más interrupciones existen en el tránsito. Y su velocidad, que cada vez puede ser mayor. En las zonas residenciales, la velocidad ya se ha rebajado a 30 km/h, y donde aún no se ha adoptado es por temor a las protestas de los mismos habitantes cuya seguridad y la de su familia se ve comprometida por los evidente peligros de estos objetos a velocidades inapropiadas.
El automobil y las personas tienen una convivencia difícil.
El segundo, el reposo, tiene una característica esencial: la proximidad al usuario. Todos queremos tener el coche a la puerta de nuestra casa -lo cual en Caxinas es más que razonable, por otro lado. El problema es que el automovil reposa en el ámbito público, normalmente no muy amplio y en todo caso finito. Debemos mencionar dos categorías de reposo: el estacionamiento temporal y laboral, para desarrollar actividades necesarias o durante el período de trabajo, y el estacionamiento residencial.
Ciñendonos a la Caxinas, la cantidad de estacionamientos privados es muy baja, y además es indeseable, separando a las personas de la proximidad de la calle y de los otros miembros de la comunidad. Las tipologías unifamiliares de Caxinas no permiten introducir rampas, y además el problema lo agraba, inexplicablemente, la falta de garages en viviendas multifamiliares que agrupan varios solares.
El reposo del automobil no es suficiente, ocupa por completo las margenes laterales de las vías y obstruye la capacidad comercial de la zona que debía potenciar. Es un problema más grave que el del movimiento, que puede ser mediatizado y reformulado.
La conclusión más interesante, en mi opinión, es que la única oportunidad de crear espacio público en las Caxinas es retirar el automobil de muchas calles, y limitar el número de estacionamientos publicos y modificar su disposición en las otras. ¿A donde va a ir todo este estacionamiento próximo a los usuarios?Primero, la mobilidad, su estado genuino, que se desarrolla integramente en las vías. Unas vías especialmente construidas, con signos especialmente concebidos para ello que antes con los transportes de tracción animal no eran necesarios, pero que la mayor velocidad y las multiples individualidades que conviven en estos recorridos han obligado a disponer.
Lo más perfecto, entre un punto de origen y de destino, es conseguir la constinuidad del movimiento. Por desgracia, cuanto más se aproxima el automobil a las personas, más interrupciones existen en el tránsito. Y su velocidad, que cada vez puede ser mayor. En las zonas residenciales, la velocidad ya se ha rebajado a 30 km/h, y donde aún no se ha adoptado es por temor a las protestas de los mismos habitantes cuya seguridad y la de su familia se ve comprometida por los evidente peligros de estos objetos a velocidades inapropiadas.
El automobil y las personas tienen una convivencia difícil.
El segundo, el reposo, tiene una característica esencial: la proximidad al usuario. Todos queremos tener el coche a la puerta de nuestra casa -lo cual en Caxinas es más que razonable, por otro lado. El problema es que el automovil reposa en el ámbito público, normalmente no muy amplio y en todo caso finito. Debemos mencionar dos categorías de reposo: el estacionamiento temporal y laboral, para desarrollar actividades necesarias o durante el período de trabajo, y el estacionamiento residencial.
Ciñendonos a la Caxinas, la cantidad de estacionamientos privados es muy baja, y además es indeseable, separando a las personas de la proximidad de la calle y de los otros miembros de la comunidad. Las tipologías unifamiliares de Caxinas no permiten introducir rampas, y además el problema lo agraba, inexplicablemente, la falta de garages en viviendas multifamiliares que agrupan varios solares.
El reposo del automobil no es suficiente, ocupa por completo las margenes laterales de las vías y obstruye la capacidad comercial de la zona que debía potenciar. Es un problema más grave que el del movimiento, que puede ser mediatizado y reformulado.
Este tema será tratado en un próximo artículo...
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