El clima tiene en Caxinas tres elementos: viento, sol y lluvia, por este orden.
Tanto nos interesa aprovechar sus beneficios como evitar sus perjuicios. Así, protección y aprovechamiento deben ir de la mano.
El viento y la lluvia son inconvenientes del clima invernal, y nunca son bienvenidos.
El Sol es inconveniente en verano, pero es bienvenido en el invierno.
El viento es invernal. Las conocidas Nortadas son las causantes, en gran medida, del revestimiento cerámico de las casas. A través de la piedra, por sus rendijas, se cuela el viento y la sensación de confort. Además, deteriora mucho las fachadas. (cabría preguntarse si otros materiales resisten de igual modo y son tan interesantes y expresivos como el azulejo)
La lluvia es invernal. Además, en verano, una terraza protegida del sol sirve igualmente para protegerse de la lluvia, incluso para disfrutar de ella mientras se almuerza o se toma un café. Incluso se pueden vivir momentos únicos en que todos procuran esos espacios, se ven atrapados en ellos y aprovechan ese "encierro" para aproximarse y crear lazos.
El Sol es conveniente en las playas pero inconveniente en las calles. En verano se llega a escapar de él, pero en realidad su presencia es bienvenida bajo la debida protección. Dos aspectos que lo carácterizan: luz y calor. Es este último el problema, la luz siempre es bienvenida.
En el invierno, la luz disminuye con la presencia de nubes, y las protecciones en las ventanas y las galerías son retiradas para aprovechar su calor, más lejano y menos potente.
Para protegernos en el invierno, arboles y cabinas que supongan barreras que protejan a lo largo de la calle. En el interior del intervias, los arboles, aun sin hojas, evitan que el viento penetre y barra los logradouros. Buscaremos protección de la lluvia bajo el techo de las cabinas de espera del autobus, pero también en bares y restaurantes, así como en los comercios. Los voladizos de los edificios y de los balcones no son muy protectores, pero nosotros nos pegamos a las casas para obtener su protección y por la confianza que nos da tenerlas cerca.
Nadie pasea en medio de la calle, solo la atravesamos.
Para protegernos en verano, el viento moderado es agradable y bienvenido. Los arboles atenúan el calor que recoge el pavimento, que se calienta al máximo a mediodía y nos hace sudar en el principio de la tarde. Sin embargo, bajo su cobijo, son momentos para el sosiego y la relación, animados por las terrazas bien protegidas, pero probablemente más calurosas. Los bancos son lo ideal.
En el interior, las hojas de lo árboles están crecidas, y tanto sol no hace más que alimentarlos. Ellos absorven los rayos, nosotros aprovechamos su protección y su frescor para vivir momentos plácidos en el exterior, en nuestro patio o en el patio común. Lástima que no todos los Caxineiros puedan disfrutar de esto. Pero hoy la familia está aquí, los niños pueden jugar con los otros niños a sus anchas mientras nosotros, despreocupados, hablamos disfrutamos de nuestro jardín común. Tenemos todo lo que necesitamos aquí, en las Caxinas.
Pa
Para aprovechar
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