La Retícula urbana es utilizada a lo largo de la historia de la ciudad en dos momentos: fundación de la ciudad, sobre todo en ciudades griegas y romanas, y ciudades de colonización en América, o bien para el crecimiento urbano, caso de Barcelona y los Ensanches españoles.
La parcelación se produce dentro de un proceso combinando urbanización y edificación. P-U-E no son simultáneos, lo cuál provoca que con el paso del tiempo las circunstancias cambien y como consecuencia las agrupaciones y segregaciones de solares se multipliquen. Pero si es enormemente regular, es una idea clara de organización espacial, las personas perciben inmediatamente esta lógica y normalmente actúan según este patrón.
La simultaneidad viene dada por el propio carácter de crecimiento urbano que, debido al enorme éxodo rural producido en XIX y XX, desarrolla practicamente todo el suelo construido en corto espacio de tiempo. Esta circunstancia da unidad y coherencia al proceso de parcelación, y nos presenta caracteres deseable de regularidad y previsibilidad.
En las Caxinas, por ejemplo, en el Sur de la trama reticular, incluso con matices en la Oeste, lógicas posteriores de los propietarios subdividen las manzanas originales, probablemente convencidos de que el logradouro no es una finca de cultivo y nunca lo podrá ser, y crean nuevas alineaciones con nuevas calles, densificando y destruyendo la posibilidad de abrir el interior de manzana a otros usos.
Lo importante es constatar la regularidad provocada por un momento en la construcción de la ciudad, en gran parte conseguida porque la gente puede percibir cual es el mecanismo, sencillo y fácil de seguir. La consecuencia de esta regularidad son oportunidades en retículas urbanas de todo el mundo, por supuesto con los matices propios de cada retícula y cultura, entendiendo sus tipologías y las culturas en que se encuentran, pero previsibles. Oportunidades de un instrumento que tiene en su sencillez su mayor virtud.
La parcelación se produce dentro de un proceso combinando urbanización y edificación. P-U-E no son simultáneos, lo cuál provoca que con el paso del tiempo las circunstancias cambien y como consecuencia las agrupaciones y segregaciones de solares se multipliquen. Pero si es enormemente regular, es una idea clara de organización espacial, las personas perciben inmediatamente esta lógica y normalmente actúan según este patrón.
La simultaneidad viene dada por el propio carácter de crecimiento urbano que, debido al enorme éxodo rural producido en XIX y XX, desarrolla practicamente todo el suelo construido en corto espacio de tiempo. Esta circunstancia da unidad y coherencia al proceso de parcelación, y nos presenta caracteres deseable de regularidad y previsibilidad.
En las Caxinas, por ejemplo, en el Sur de la trama reticular, incluso con matices en la Oeste, lógicas posteriores de los propietarios subdividen las manzanas originales, probablemente convencidos de que el logradouro no es una finca de cultivo y nunca lo podrá ser, y crean nuevas alineaciones con nuevas calles, densificando y destruyendo la posibilidad de abrir el interior de manzana a otros usos.
Lo importante es constatar la regularidad provocada por un momento en la construcción de la ciudad, en gran parte conseguida porque la gente puede percibir cual es el mecanismo, sencillo y fácil de seguir. La consecuencia de esta regularidad son oportunidades en retículas urbanas de todo el mundo, por supuesto con los matices propios de cada retícula y cultura, entendiendo sus tipologías y las culturas en que se encuentran, pero previsibles. Oportunidades de un instrumento que tiene en su sencillez su mayor virtud.
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